La violencia sí tiene género.

La violencia sí tiene género.

Hoy es 25 de noviembre y debemos hablar de las 52 personas que han sido asesinadas en este último año,personas que eran racializadas, blancas, heteros, LGTB+ o que tenían algún tipo de discapacidad. Personas con familias: hijos, hijas, padres, madres, hermanos o hermanas, que tenían amigos y amigas estudiaban o trabajaban. Personas que reían, lloraban y sentían. Han sido 52 las personas a las que han quitado la vida en este último en España, 52 personas que casualmente eran mujeres y que, casualmente, fueron asesinadas por sus parejas sentimentales que son hombres, que son maltratadores. La violencia machista en este país se ha llevado, otro año más, 52 voces de mujeres. Además, son cientos y miles las mujeres que día tras día sufrimos no sólo violencia física, también sufrimos violencia estructural, económica, psicológica, sexual y ambiental. Las víctimas mortales son sólo la punta visible de una estructura patriarcal que día tras día, noche tras noche, nos ataca, nos humilla, nos viola y nos maltrata. Todas ellas tenían una cosa en común, todas ellas tenían nombre de mujeres y les han quitado la vida precisamente por eso, por el simple hecho de ser mujeres, por estar por debajo, por ser una minoría más dentro de esta sociedad.

Al conocer los datos a los que todas tenemos acceso, al ser conscientes de la cantidad de mujeres asesinadas que no han sido contadas, cuando las mujeres comenzamos a empoderarnos y a formarnos de las violencias que sufrimos día tras día, quejarnos, gritar de rabia y educar es lo único que nos queda. Es esto mismo, lo único que nos queda, lo que están tratando de arrebatarnos. Tenemos que ver a cinco señores salir con un pancarta que pone La violencia no tiene género obviando, olvidando y menospreciando a todas las mujeres víctimas de este sistema. Tenemos que escuchar que nos digan que cuando hablamos de feminismo o de diversidad sexual en los centros escolares lo que estamos haciendo es adoctrinar, al parecer explicar una realidad, crear mentes críticas y formar a las personas para que sean un poco más empáticas es adoctrinar. Estamos muy agotadas, cabreadas y tristes por volver a escuchar discursos que creíamos superados en este país. Ver que vamos dando pasos cortos en el terreno de la igualdad, llegan las elecciones y ves que de repente hay 52 escaños más de fascistas en el Congreso de los Diputados.

Están obviando una realidad, están olvidando a las asesinadas y están desplazando y negando recursos, medios y leyes a las minorías, todo esto mientras se envuelven en su bandera, una bandera que cada vez nos representa menos, que cada vez nos da más vergüenza.

Compañeras, sé que el panorama actual se muestra muy desolador pero recordad que estamos juntas en esto, que ninguna voz machista y patriarcal nos va a callar porque le joda a quien le joda las feministas, el colectivo LGTB+ y las personas racializadas seguimos existiendo y es muy duro pensar que nuestra simple existencia es un peligro, pero contra el fascismo sólo nos queda la resistencia.Defender lo que somos, defender el terreno que intentan arrebatarnos y educar es lo que debemos hacer ahora mismo. Seguiremos dando charlas en institutos, seguiremos hablando de nuestra realidad, de que nos están asesinando y seguiremos gritando porque se lo debemos a todas y cada una de las víctimas.

Por todas y cada una de nosotras, por las que no están y por las que vendrán.
Porque un día podamos descansar y ya no sea necesario luchar por nuestros derechos.
Porque, ojala, este sea el último 25N que tenemos que recordar.
Por vosotras, compañeras, esta lucha no descansa y no nos callarán ni ahora, ni nunca.

Lucía Fernandez

Ilustración de Sara Chana


25 de Noviembre

Últimamente cada vez pienso más en vosotras, a muchas ni siquiera os conocía pero poco importa porque cuando descubres el feminismo te das cuenta que muchas de ellas son compañeras y hermanas. Por esto, por este sentimiento de sororidad, no os podéis imaginar lo que duele pensar que muchas de vosotras ya no estáis, ya no está vuestra voz, vuestro sueño de viajar a París o el de ser profesora, ese abrazo que le dabais a vuestra madre o ese beso a vuestra hija ya nunca lo podrá sentir, esa cara que ponéis cuando estáis felices, todo esto ha desaparecido y no puedo evitar en el cómo ha desaparecido.

Quizás alguna de vosotras conoció a su pareja en el Instituto y pensó que sería para siempre, pero cuando él se ponía celoso era normal porque así nos lo enseñaron de pequeñas, es normal que te empiece a controlar la ropa que usas, tus amigas te avisaron pero el sistema cisheteropatriarcal te ha enseñado muy bien que no eres nada si no estás con un hombre, porque tú y tu vida ahora dependen de él y de su voz. Empieza el bucle de:

Hostia – no volverá a pasar – hostia – lo siento, sabes que a veces me cuesta controlarme – primera paliza – tú provocas que me ponga así – primera vez en el hospital – dí que te has caído por las escaleras y vamos a casa – primera paliza mortal – una familia destrozada y un maltratador que sigue en la calle.

Año tras año cientos de mujeres somos asesinadas, menospreciadas y violadas por nuestras parejas, nuestros familiares y nuestros amigos. Desde el 2003 han sido asesinadas más de 900 mujeres y menores, esta situación empieza a ser insostenible y agotadora para muchas de nosotras. Exigimos unos cambios en la justicia patriarcal que no nos protege, en la cultura de violación y en la educación que estamos dando a nuestros menores.

Desde aquí, por todas las que no estáis, no os preocupéis porque hoy 25 de Noviembre vamos a gritar más que nunca por todas vosotras.

           Yo por ellas madre, ellas por mí. Resultado de imagen de mano feminista

[Texto de Lucía Fernández García]


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