Feminismo transinclusivo

Feminismo transinclusivo

 

Feminismo transinclusivo

En los últimos meses hemos visto cómo en el movimiento feminista, aunque sabemos que existen muchas ramas, hay dos en concreto en la que se ha formado un división de opiniones, estamos hablando del feminismo transinclusivo y el excluyente. Antes de continuar vamos a explicar brevemente y de forma muy básica algunos conceptos: una persona transexual es aquella cuya identidad de género no se corresponde con la identidad que le dieron al nacer, una persona transgénero es aquella que tiene un comportamiento o expresión de género no binaria y luego dentro del término trans existen realidades mucho más diversas.

 

Las personas trans en nuestra sociedad actual y en el mundo siguen sufriendo una gran discriminación.

Se les dice que están equivocadas y muchas personas escudan su discurso transfóbico por medio de una argumentación biologicista ignorando totalmente el daño que provocan y los riesgos que sufre una persona trans por el simple hecho de serlo. Tristemente este discurso hemos tenido que escuchar no sólo en los sectores más rancios, machistas y lgtbfóbicos de la derecha española, también hemos tenido que escucharlo de aquellas a las que consideramos compañeras en el movimiento feminista.

En el año 2019 se realizaron en la ciudad de Gijón unas Jornadas de la Escuela Feminista Rosario Acuña, en la cual se habló de las mujeres trans y de la apropiación del género. En estas Jornadas se llegaron a referir a una mujer trans en masculino negándole de esta forma su identidad, negando su existencia y su realidad. Estas Jornadas fueron el desencadenante de un debate que sigue a día de hoy.

 

Para entender la opinión y la realidad de lo que supone ser una mujer transexual dentro del movimiento feminista hemos querido realizarle una entrevista a nuestra compañera Laura.

Una joven de 19 años que pertenece a Mil Voces Violetas y al grupo de jóvenes LGTB de La Liga de la Diversidad. Laura nos cuenta que descubrió su identidad a muy temprana edad: “empecé a notar que algo no andaba bien y que me sentía más una chica que un chico a los 3 años y no fue hasta que cumplí los 12 años que descubrí un término que jamás había escuchado: transexual. Toda la información la conseguí gracias a mi primer móvil y a navegar por internet buscando que era lo que creía que me pasaba y entonces descubrí que no era la única que me sentía así, esto me hizo sentirme muy aliviada”.

A pesar de lo que se pueda pensar, generalmente, las personas descubren su identidad a muy temprana edad, entre los 3 y los 4 años aunque no sepamos definir ese sentimiento con claridad.

No fue hasta su mayoría de edad que Laura dijo a su entorno más cercano que era una mujer y que siempre lo había sido:

“He tenido la suerte de que mis padres se lo han tomado realmente bien ya que son de mente abierta y me han apoyado prácticamente en todo. Les expliqué todo lo que sentía, cuál era mi realidad y que me aceptaran me hizo verdaderamente feliz. También tuve la suerte de que mis amigas/os se lo tomaron muy bien y me aceptaron. El problema principal fue decírselo abiertamente a toda la gente que me conoce,  hubo de todo aunque lamentablemente tuve que aguantar el rechazo de muchas personas”. 

 

Para muchas personas que viven la realidad de ser LGTB+, la familia, el entorno y el contexto social en el que estén puede ser verdaderamente difícil ser y amar en libertad. El entorno académico en el que estamos educando a nuestra juventud también es muy importante en el desarrollo de una sociedad más justa y muchas veces son los propios centros educativos los que no están preparados para aceptar la realidad de las personas trans. 

 

Laura, que ahora mismo está estudiando un grado medio de electricidad y el año que viene por fin podrá estudiar informática para dedicarse en un futuro a ser programadora de videojuegos, nos cuenta cómo fue su realidad en las aulas:

“En el instituto me dijeron que no podía ir al baño de mujeres y me dieron un baño individual para mi sola, he recibido todo tipo de insultos por andar por la calle, llegando a clase y he tenido que aguantar discriminación y bullying por vestir cómo yo deseaba o por pedir que me tratasen por mi nombre. No sólo en la vida cotidiana he sufrido discriminación, por redes sociales me han llegado comentarios ofensivos y horribles que me dañaron muchísimo la autoestima durante mucho tiempo. He tenido la suerte de que contaba y sigo contando con personas que me apoyan pero al principio fue muy duro”. 

 

Referente al futuro que quiere tener Laura nos acordamos de la dificultad que tienen muchas mujeres trans en el mundo laboral ya que sufren de una alta tasa de precariedad:

Estoy segura de que en la mayoría de entrevistas me van a rechazar por el simple hecho de ser transexual o me lo van a poner muchísimo más difícil porque lamentablemente una persona que entrevista no se va a complicar en contratar a una persona que considera que es diferente y te puede dar problemas. Aunque no es así, sigo siendo un ser humano y no soy diferente a las y los demás,  debe valorarse mi capacidad a la hora de trabajar, merecemos los mismos derechos y oportunidades que las personas cis y deberíamos tenerlos”. 

 

A pesar de la desesperanza, nuestra compañera tiene muy claro que va a luchar por ser programadora de videojuegos ya que es lo que desea:

“No pienso vivir con miedo, voy a luchar por la profesión que quiera por mucha desigualdad que haya porque es lo que me gusta y quiero, además, hacerles ver a otras personas que tengan la misma situación que yo, que se puede luchar contra todo y que no estamos solas”. 

Cómo hemos mencionado anteriormente, Laura pertenece al grupo joven La Liga de la Diversidad, perteneciente a la asociación XEGA que se encuentra en la ciudad de Gijón.

El pertenecer a este grupo joven ha ayudado mucho a nuestra compañera para descubrir otras realidades:

“Gracias a descubrir el grupo he podido encontrar a personas como yo y me he sentido más apoyada y más comoda. También he recibido muchísimos consejos y aprendido cosas que no sabía, para que la vida me sea más fácil como mujer transexual, entre  ellos que puedo cambiarme el nombre legalmente de forma muy fácil y que para eso no necesito esperar 2 años de hormonación. Estoy muy agradecida con mis compañeres, siempre me han apoyado y ayudado en todo”.

Además de pertenecer a La Liga de la Diversidad y reivindicar la lucha del colectivo LGTB, nuestra compañera se considera así misma feminista pero nunca se atrevió hasta hace poco a unirse a la entidad Mil Voces Violetas por miedo al rechazo por ser una mujer transexual:

“En esta asociación se defiende un feminismo transinclusivo y me alegro mucho de haberla descubierto, me está aportando muchas cosas buenas y además me siento muy a gusto con todas mis compañeras”.

Ante esto, nos surge la pregunta de si  alguna vez nuestra compañera se ha sentido rechazada por parte del movimiento feminista por el hecho de ser una mujer transexual:

“Lamentablemente si, una vez me dijeron que yo no podría saber lo que es ser una mujer y lo que sufren, porque yo soy un hombre blanco privilegiado”.

 

Después de esto nos damos cuenta de que muchas veces incluso en este movimiento seguimos teniendo unos privilegios cómo son el de ser mujeres cis-sexuales y a veces nos olvidamos de que también existe la discriminación múltiple.

“Por suerte, la mayor parte del movimiento feminista si entiende y apoya nuestra realidad aunque haya un sector que quiera excluirnos. Yo llevo mucho tiempo considerandome una mujer feminista y así va seguir siendo. En este sector se han dicho cosas cómo que somos hombres disfrazados o que los hombres transexuales son traidoras del género.

Esperemos que con el tiempo vean que eso es un discurso de odio y transfobia, porque debemos entender que lo que debemos hacer es luchar contra nuestro enemigo común, cómo es el sistema cis-hetero-patriarcal. En el movimiento feminista es muy importante la presencia de mujeres transexuales porque la diversidad de la sociedad y nuestra realidad merecen ser reconocidas. Las mujeres transexuales somos tan mujeres como cualquier otra y también podemos ser feministas. No podemos estar excluyendo a mujeres porque consideramos que no lo son, en vez de eso debemos unirnos todas para acabar con el machismo y la LGTBfobia, porque juntas somos más fuertes”.

 

Después de escuchar la experiencia de nuestra compañera nosotras tenemos claro de que en el movimiento feminista no hay espacio para el odio ni la discriminación de ningún tipo, tenemos claro que le moleste a quien le moleste las mujeres trans son nuestras compañeras y que esta lucha la vamos a ganar de la única forma que sabemos:

Unidas. 

Para finalizar, Laura tiene un mensaje que dar a todas aquellas personas LGTB+  que se puedan sentir identificadas con su realidad.

“Tenemos mucho por lo que seguir luchando y a toda aquella persona que sienta que pueda ser rechazada por el movimiento feminista que no tenga miedo, este movimiento lucha por la igualdad y por conseguir una sociedad más justa”. 

 


La crisis de los cuidados

La crisis de los cuidadosEs un hecho constatable que durante los últimos cien años han sido las mujeres quienes más perjudicadas se han visto ante las diferentes crisis económicas. Elson (2010) señalaba “todo análisis sobre una crisis económica debe examinar los impactos de la pérdida del empleo y otros impactos provocados por las crisis en la economía del cuidado, y cuestionar si las respuestas a las crisis abordan las desigualdades sistémicas de género”.

Nuestro país atraviesa un momento de incertidumbre.

Nos encontramos ante una crisis sanitaria que está viendo mermada nuestra población y que mantiene a quien no padece la enfermedad en una situación de inestabilidad psicológica, pero, sobre todo, de inestabilidad económica. Miles de personas han perdido su empleo, otras esperan poder acogerse a las medidas tomadas por el gobierno y visualizan cada intervención del Presidente en busca de una respuesta alentadora. En muchos casos, ni siquiera los ERTE han conseguido apaciguar la inseguridad de la población.

Nuestra Reportera Violeta se ha puesto en contacto con E. una joven asturiana de 25 años que prefiere permanecer en el anonimato.

Ella estudió Lenguas Modernas y sus Literaturas, graduándose por la Universidad de Oviedo en el año 2019, aun así, lleva ya cuatro años trabajando en un sector fuertemente invisibilizado: el de los cuidados.

E. nos cuenta que empezó haciendo el turno de noche en una casa donde residían tres ancianas con severos problemas físicos y psíquicos para poder financiar sus estudios. En ningún momento formalizó un contrato laboral por lo que carecía de derechos ante diversas situaciones.

La casa no tenía condiciones salubres, estando allí cogí una Neumonía y no pude dejar de trabajar, ya que, si no iba, no cobraba”.

Esto es algo que le sigue pasando, en la actualidad cuida de una señora mayor varios días a la semana, aunque las condiciones son prácticamente las mismas porque sigue sin tener un contrato laboral.

“Es algo mejor, allí pasaba la noche en vela cuidando de ellas y al amanecer debía ir a la universidad, era muy duro compaginar todo esto con mis estudios y mi vida social”.

Algo a lo que tampoco le damos la importancia que se merece es a nuestra salud mental, el tener una higiene del sueño adecuada y relaciones sociales contribuyen a nuestro bienestar. El turno de noche, a largo plazo, genera ansiedad y una desconexión de nuestra realidad que afecta, entre otras cosas, a nuestra forma de afrontar el día a día. Esa misma ansiedad aún la persigue ya que tiene un horario establecido pero puede recibir llamadas de última hora alterando el horario semanal pactado.

Pese a haber mejorado sus condiciones en el trabajo, E. debe compaginar el cuidado de una persona dependiente con las clases particulares que imparte, ahora telemáticamente, para seguir financiando sus estudios.

“No todo es negativo, gracias a mi trabajo cuidando personas de la 3ª edad he descubierto que me quiero dedicar profesionalmente a ello, así que estoy haciendo Trabajo Social en la UNED”.

Una joven polifacética que tiene muchas esperanzas en el futuro pero que se ve agobiada por la situación laboral actual:

“Continúo impartiendo algunas clases vía Skype, el problema es el cuidado de la señora, si no voy, no cobro y decidí no ir en cuanto saltó el estado de alarma debido a que convivo con dos personas del grupo de riesgo, pero también por ella ya que un contagio podría complicar su salud”.

E. es el reflejo de las medidas preventivas que ha decretado nuestro estado, aunque ello le supone dificultades económicas para afrontar esta situación.

En 2019, Laura Aragó, periodista de La Vanguardia nos explicaba en su artículo El contador: el tiempo que dedicarás hoy al trabajo invisible si eres hombre o mujer que, en base al desarrollo de las tareas que realizan unas y otros, las mujeres dedican un total de cuatro horas y veintitrés minutos mientras que los hombres tan solo emplean dos horas y seis minutos. Sobre esto, el FMI calcula que el Producto Interior Bruto global aumentaría en un 4% si el trabajo no remunerado estuviera mejor repartido.

La historia de E. es real y no es única, muchas mujeres dedican su vida a trabajar en nuestras casas, a cuidar de nuestras/os pequeñas/os, mayores y personas dependientes y rara vez lo pagamos como se merecen.

Mujer ejerciendo tareas de cuidados.

Sabemos que hoy, debido al estado de alarma ante el que se encuentra nuestro país, muchas de ellas han dejado de ir a trabajar ya que no tienen un contrato y, por tanto, no pueden avalar que su desplazamiento es laboral. Esto repercute directamente en la economía individual y familiar de muchas mujeres y nos gustaría que todas y todos nos parásemos a pensar en la importancia del trabajo de cuidados. No solo por el mantenimiento de la limpieza del hogar, actividad que seguro muchas/os lleváis al día desde el inicio del confinamiento, sino también por el tiempo que empleamos en el cuidado de otras personas en pro de su bienestar físico y mental independientemente de lo que eso signifique a nivel individual.

Aridane Cuevas


14 de octubre

Hace ya un año que juntamos cinco mujeres en una sala. Una sala donde con mucho mimo se fraguaba algo especial. Una reunión en la que nuestro interés común por el activismo feminista confluiría en la creación de una nueva asociación. Aquel día salimos con algunas ideas claras sobre las bases de nuestro nuevo proyecto aunque aún sin nombre.

Nos llevó un tiempo decidirlo, cuánto más algunas otras cuestiones que ahora son básicas en nuestra entidad. Pero el esfuerzo, la sororidad y los objetivos comunes hicieron que poco tiempo después estuviéramos listas para empezar a luchar contra un sistema que nos oprime, nos humilla, nos viola y nos asesina.

En la foto aparecen las 5 socias fundadoras de la Asociación Mil Voces Violetas. No vamos a engañarnos, no es nuestra mejor foto. Aunque quizá sí fuese el momento en el que todas apostamos por lo mismo. Al final, eso es lo bonito del feminismo ¿no?  La unión de todas las mujeres, sentirte parte de algo tan grande que podría cambiar el curso de la humanidad. A veces creo que muchas de las cosas que hacemos no tienen importancia luego recuerdo que según la Teoría del Caos el simple aleteo de una mariposa podría desencadenar un huracán en el otro extremo del mundo y pienso en México con su revuelta contra un estado que viola y asesina, pienso en Argentina luchando contra leyes que nos ahogan, pienso en la sentencia contra la manada, pienso…y joder, estamos cambiando el mundo. Y yo, lo hago sosteniendo la mano de quien sostiene la mía. Sin importarme la raza, la clase o la identidad de género. Porque las bases del nuevo mundo deben construirse en la diversidad, la tolerancia y el respeto.

Desde aquí, toda la junta directiva y socias fundadoras de Mil Voces Violetas, queremos dar las gracias a todas aquellas personas que, de una u otra manera, han hecho posible la consecución de todas nuestras iniciativas. Gracias a los diferentes Ayuntamientos que este año han contado con nuestra colaboración, a las asociaciones que han confiado y apostado por nosotras y nuestro trabajo, a quienes intervienen de manera individual cada día pero sobre todo queremos dar las gracias a todas las personas que formáis parte de Mil Voces Violetas y que habéis estado en cada momento de manera voluntaria y sin otro interés que aprender y forjar las bases de una nueva sociedad, más igualitaria, más feminista.

Yo por ellas madre, ellas por mí. 

 


¡Nuestro Club de Lectura Comienza!

 

Este mes viene repleto de actividades.
El sábado 19 de Octubre a las 17:00 arrancamos con nuestro club de lectura en el @conseyu_cmx Avd. Manuel Llaneza N°68 Gijón.
El club de lectura está destinado a cualquier mujer mayor de 14 años que le guste leer y aprender debatiendo entre nosotras.
Los libros elegidos serán escritos por mujeres y el debate lo centraremos principalmente desde una visión feminista.
El primer libro para esta reunión es: La Lotería, de Shirley Jackson. Un relato corto muy interesante que seguro que os gusta.
Cualquier pregunta podéis contactar con nosotras a través del email violetatinta@gmail.com o por cualquiera de nuestras redes sociales.
¡Os vemos a todas en la reunión!


Violenciómetro Feminista

Semana del 30 al 6 de octubre

  • Un hombre a juicio por perseguir a su exalumna a Alemania. El hombre tenía una orden de alejamiento de la chica, y prohibida judicialmente la salida de España.
  • La víctima del secuestro y violación de la semana pasada en Barcelona, intenta suicidarse.
  • Detenido un hombre en Gijón por exhibir su pene a una mujer y dos menores en el parque del Lauredal.
  • Una periodista deportiva italiana es increpada desde las gradas durante un partido de futbol, pidiéndole a gritos que enseñara los pechos.
  • Un juez de silla acosa a una recogepelotas en pleno partido de tenis. Con comentarios como «¿tienes calor? Eres muy sexy»
  • Un hombre da un puñetazo a una activista vegana que entró a protestar en una pizzería de forma pacífica.
  • Un hombre, asesina a su expareja en Las Palmas de Gran Canaria.
  • Agresión sexual en Coslada, un hombre es detenido por violar a su sobrina.
  • Cristina, 28 años, asesinada en Inglaterra a navajazos, por su expareja.
  • Un adolescente de 12 años mata en Brasil a una niña de 9 años con autismo.
  • La Guardia Civil interroga a un hombre por la desaparición de su madre en Carmona.
  • Juzgan a un hostelero de Cangas de Onís que roció a su novia con alcohol y le prendió fuego.
  • Dana Leonte se convierte en la victima número 46 de la violencia machista en nuestro país en lo que va de año.
  • Una chica se ve obligada a saltar por la ventana para salvar la vida debido a la paliza brutal que le estaba dando su novio, un conocido DJ del norte de España.
  • Detenido en Alicante un fugitivo que agredió sexualmente a una menos de 14 años, la hija de su compañera sentimental.
  • Hombre se suicida y mata a sus dos hijos tirándose desde un noveno. Su mujer le había pedido el divorcio.

Seamos la voz de las que ya no pueden hablar.


¡NO COMPRES, ADOPTA!

¿Os suena? Sí, es el lema de miles de campañas en contra del abandono animal, campañas que nos hablan sobre una natalidad controlada y una crianza responsable, para que nunca, ningún animal pueda verse abandonado, para que sean adoptados y cuidados durante todas sus vidas, campañas que nos llegan al corazón por su carácter «humano», bueno, ahora quiero que os planteéis una cosa…
¿Qué pasa cuando no se trata de un animal?
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¿Qué pasa cuando se trata de un bebé?
La adopción, claramente, no es mala.
La compra si… ahora sigue pensando…
¿Qué pasaría si tu primo, tu hermano, tu padre, tu madre, un amigo o alguien que simplemente conoces de vista fuera la compra de alguien? Si, como quien va al super y trae la compra a casa…
¿Y si fueras tú esa compra y nada más nacer (o antes) alguien hubiera pagado por ti?
Ahora mismo, posiblemente ya no os parezca tan viable, o tan buena idea…
Pues lo que ahora quiero explicaros, es que pasó cuando ese bebe… fui YO
El trauma emocional que se crea cuando te enteras que eres adoptado parece un cuento de Disney comparado con el que surge cuando te enteras que alguien, un día, decidió ponerle precio a tu vida, y que, desde ese punto, incluso antes de nacer, fuiste el fruto de un intercambio mercantil…
Nadie en ningún lugar te quería, no podía cuidarte, nadie en ningún lugar te quería y por eso prefirió que tuvieras una vida mejor en otro lugar, con otra familia, nadie en ningún lugar tenía muchos problemas y no podía hacerse cargo de ti…
¡NO! Nada de eso, simplemente alguien un día decidió hacerte previo pago, o aprovechar lo que entendió como un error, alguien te usó antes de nacer para lucrarse, sin importar demasiado que pasara después contigo, si irías a un lugar donde fueras querido, lo único que importaba aqui era la transacción económica, bebé por dinero, nada más…
Te das cuenta que no fuiste fruto del amor, ni de un «error» ¿que eres? ¡Ah sí, creo que lo sé! Los bebés vendidos no dejamos de ser los artículos de lujo de parejas pudientes, con ganas de ser padres, que no quieren pasar por un proceso de adopción lento, pero que garantiza un futuro digno para el bebé, los bebés vendidos somos el resultado del «quiero un bebé y lo quiero ahora» pero los bebés crecemos, y os aseguro que, a mí, no me hubiera importado ser adoptada. Adoptar y dar en adopción no es malo, vender y comprar es traficar con personas.
Para que podáis entender mejor, os hablare de cómo me siento yo, ahora sí, en primera persona.
Ni para mis padres biológicos, ni para mis padres adoptivos supuso un trauma tenerme, los primeros se lucraron, y los segundos tuvieron un bebe sano como ellos querían, sí, me cuidaron y me han dado una familia toda la vida, pero al final, no he dejado de ser un capricho pagado con unos cuantos billetes…
Y el amor, no se paga con dinero…
Para mí, enterarme de que he sido un bebe vendido, ha sido uno de los traumas más grandes de mi vida, desde que lo sé, y de por vida, me ha marcado.
Me ha superado emocionalmente.

Imaginaros que de pronto os enteráis que vuestros padres os vendieron a otros que a su vez os compraron… que vuestro nacimiento ya estaba planificado, con una señal de dinero antes, y el resto del pago a nacimiento, si, si, igual que cuando compras un electrodoméstico, o una casa… ¿No se os ponen los pelos de punta? Pues no sabéis lo que es (o si) saber que tú has sido eso.
Antes de saber la verdad, supe que era adoptada, y de pronto, sentí una soledad inmensa, sentí que no sabía quién era y que mi vida había sido una mentira, pero que aun asi, tenía una familia que me quería, y que en algún sitio tenía otra familia que por alguna razón no habían podido cuidarme, pero que hicieron lo mejor para mí, ponerme en adopción para que tuviera una vida mejor…
¡Pero no! ¡Resultó que con el tiempo descubrí que coste 2 millones de pesetas, eso sí, del 84, que oye, eso hace que mi valor inicial fuera bastante considerable… por lo menos! (Hay que ponerle humor a todo)
La cuestión es que por más que lo intento no consigo superar una serie de secuelas que tengo desde que supe la verdad, una de ellas, es la sensación tremenda de inseguridad que tengo. ¿Cómo no me voy a sentir menos que los demás, si me hicieron como un objeto de compra-venta?
Al final intento vivir la vida pensando que lo que importa no es el dinero, que muchísimas más cosas valen la pena, que lo material es secundario, y yo no dejo de ser eso, algo material fruto del lucro de dos personas.
Ahora, es el momento de ponerme un poco más seria, y dejar de lado mis sensaciones personales, ahora quiero hablaros de este sistema político que quiere legalizar los VIENTRES DE ALQUILER.
No podemos engañarnos, los vientres de alquiler no dejan de ser trata de personas, trata de bebes, comercio de seres humanos. Sí, no es para fines negativos en su mayoría, las familias que compran sus bebes los cuidan y los quieren, pero igual que pueden querer y cuidar a bebes adoptados. La gran diferencia, y que está ocurriendo actualmente, es que al comprar un bebé lo quieren tal y como ellos lo han imaginado. Ya que lo han pagado, ¿por qué no? ¿Y qué ocurre cuando esos bebés no son como ellos imaginaban? ¿O cuando crecen y se rebelan? Al final esos niños son tratados como objetos prácticamente durante toda su vida y esos padres no han aprendido que cada persona es como es, y eso no se puede cambiar.
Legalizar los vientres de alquiler es dar el pistoletazo de salida para que traficar con seres humanos sea legal, para enriquecer a mafias de forma legal, y para que millones de niños queden marcados para siempre, porque antes o después, todos acabamos sabiendo la verdad y nadie merece sentirse como un objeto durante toda su vida, nadie merece sentir que, si no hubiera sido a cambio de dinero, su vida no habría tenido lugar.
Por todo esto… ¡NO COMPRES, ADOPTA!

M.


Violenciómetro Feminista

Para todxs los que dicen que somos unas exageradas, que no sufrimos violencia machista, que en este país la igualdad y la libertad son una realidad, para aquellxs que dicen que la violencia no tiene género:
Pasamos a hacer un resumen de todos los casos de violencia hacia la mujer que se han conocido la semana pasada.
Recordad que es sólo la punta del iceberg, son los casos que se hacen públicos. Pero, por desgracia, cada día millones de mujeres son humilladas, acosadas, vulneradas, sexualizadas, prostituidas, maltratadas, e incluso asesinadas, y que todas ellas tienen una cosa en común: la violencia machista que nos oprime día a día bajo un sistema patriarcal a nivel mundial.

Estas son las víctimas de esta barbarie:
• Una mujer murió por una hipoglucemia, su pareja no solo omitió su deber al socorro, sino que grabo su agonía con su teléfono móvil.
(Días antes le dio una paliza, meses antes ella tuvo una costilla fracturada, según ella, era torpe y se caía… Jamás denuncio)
• Un hombre agrede a su exmujer en Zaragoza, en plena calle, le clavó un cuchillo en el pecho, su orden de alejamiento había acabado ese día.
• Detenidos tres hombres en Bilbao por retener contra su voluntad a una chica, en el piso de uno de ellos, y violarla durante tres días hasta que consiguió escapar.
• Detenida la pareja de Dana Leonte, desaparecida desde hace unos meses, después de encontrar el fémur de la chica, enterrado cerca de la casa de su pareja
• Miguel Alonso Belza, prestigioso abogado especializado en materia de violencia de género, condenado a penas que suman más de 7 años, por maltrato a su expareja.

Seamos la voz de las que ya no pueden hablar.


Votemos, antes de que sea tarde.

En unas horas comenzarán las elecciones generales, esas de las que se lleva meses hablando y la gente se encuentra expectante. En unas horas se decidirá el futuro de este país durante los próximos cuatro años. Por primera vez en la historia de la democracia española, tras el fin de la dictadura franquista, nos encontramos ante cinco posibilidades de votos ganadores. Mucha gente no esperaba que la ultraderecha pudiera ser una de estas cinco fuerzas políticas pero mucha otra sí, sus votantes principalmente. Personas que quizás por ignorancia, por haberse tragado el discurso del miedo que nos venden o porque quizás es mucho más fácil culpar a las minorías antes que enfrentarse a los poderosos, los mismos que te venden que la mayoría de denuncias por violencia de género son falsas, que si no tienes trabajo es por culpa del inmigrante o que el matrimonio entre personas del mismo sexo no es matrimonio, destruyendo así los años de lucha a los que se tuvieron que enfrentar cientos de personas para conseguir los derechos que ahora tenemos  y que siguen peleando por conseguir los que nos faltan. La ultraderecha ha subido y es una realidad demasiado triste. No debemos tampoco olvidar que los enemigos de las mujeres, de las trabajadoras, del colectivo LGTB+ y de las personas racializadas no  son sólo este “nuevo partido”, hay otros dos partidos que no tendrían ningún inconveniente en pactar con los partidarios de una ideología autoritaria. Quizás los mismos que se autoproclaman líderes del feminismo, los mismos que quieren usar los vientres de las mujeres cis-sexuales como mercancía y beneficio económico, los mismos que se declaran feministas por el simple hecho de haber sido paridos por una mujer reduciéndonos de esta forma a simples objetos de reproducción. Éstos mismos simplemente están quedando cómo un mal menor ante la ultraderecha cuando son lo mismo, sólo les diferencia las formas de explicar sus programas electorales.

Quizás eres una de esas personas que ha decidido no ir a votar estas elecciones porque ningún partido te representa lo suficiente. Puede que seas un hombre  de mediana edad blanco cis-hetero sexual de clase media y estás harto de la política, por eso como acto de protesta te vas a quedar en el sofá durante todo el domingo mientras, con suerte, tu familia se va a votar y justo llega tu mujer para prepararte la comida. Porque sí, te consideras una persona progresista pero no mucho, por eso no te piensas levantar para hacer las tareas de la casa. Seguro que también consideras que tu acto de no ir a votar es totalmente necesario porque así daremos una lección a los políticos. Por otro lado, puede que seas una joven de izquierdas que considera un gran acto revolucionario no ir a votar porque ningún partido es lo suficientemente de izquierdas. Créeme compañera, estoy de acuerdo con que ahora mismo no existe ningún partido como el que nos gustaría al cien por cien, pero sí existen partidos que nos pueden arruinar la vida con sus medidas reaccionarias.

A cualquiera de estos dos tipos de personas que mañana no irán a votar, siento ser yo la que os lo diga, pero estáis equivocados en cualquier caso. La opción de votar es una medida más para mostrar tu opinión, no es ninguna tontería y no es nada inútil. Si piensas que votar no va a cambiar tu vida, piensa en la vida de las demás. Aquellas que necesitamos una ley contra la violencia de género, aquellas que queremos mejorar el sistema de pensiones para que las personas jubiladas puedan vivir dignamente, aquellas que queremos vivir libremente nuestra sexualidad, aquellas que queremos unos puestos de trabajo dignos. Si no votas por ti, vota por nosotras, vota para que no perdamos todo lo que hemos conseguido tras años de lucha.

Sinceramente, creo que todas estamos un poco nerviosas por lo que pueda suceder a partir del domingo, nerviosas por el resultado. Pero creo que nunca he podido confiar tanto en un movimiento como la confianza que tengo en el movimiento feminista, en el movimiento LGTB+ , en el movimiento de la clase obrera y en el movimiento de las personas racializadas. Confío en un pueblo que ha hecho historia en muchas ocasiones como cuando  el 8 de Marzo de los últimos dos años cientos de mujeres salimos unidas y gritando que este sistema patriarcal lo vamos a derribar, cuando el último 28 de Junio cientos de personas salieron amándose y reivindicando el día del Orgullo, cuando cientos de jóvenes hemos salido a las calles para que dejen de contaminar un planeta que poco a poco estamos destruyendo, cuando cientos de pensionistas nos dieron una lección y salieron con sus puños en alto reclamando unas pensiones dignas. Confío, porque además no tengo ninguna duda de que si el domingo gana un partido que lleve el pánico por bandera, ni mis compañeras ni yo tendremos miedo porque nos lo habéis querido quitar todo y seguimos aquí. Recordad además que aquí, en este grupo, preferimos morir antes que ser sumisas. Recordad que no tenemos miedo y sobretodo que, poco a poco, hemos ido entendiendo que unidas somos invencibles. 

 


¡Felices Fiestas!

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Categoría: Eventos , Mujer

En estas fiestas no nos olvidamos de desearos una Feliz Navidad, pero la #otranavidad La que nosotras vemos cada día.
Otro año mas que seguiremos luchando por nosotras, por vosotras y por todas las que no tienen voz para ello.

La otra Navidad, realizado por las Towanda Rebels


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